"Lo he titulado: “De Marzo a Mayo”, recogiendo cada día de este periodo entre mi cumpleaños y el tuyo una flor silvestre del campo.

Es un regalo para tí.

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No sabría cuál sería la siguiente, no sabría cual me encontraría, pero según las recogía, las guardaba en aquel libro-guía de Portugal gordo que me pareció no usabas. Allí, entre sus páginas las dejaba secar. Después lo sustituí por uno de poesía.

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Son 56 días que nos separan, 56 flores, 56 dibujos dedicados a ti. El cuaderno ha ido desgastándose por su uso. Se ha roto la tapa, no es muy bueno, nunca pienso en lo que puede durar una cosa…. Pero las flores del campo me recuerdan a ti, ya que fuiste el primero en volverme a hacer sentir la naturaleza y a hacerme sonreír fuera de cuatro paredes donde había llorado demasiado tiempo y había enfermado de dolor. Siempre te lo agradeceré.

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Quise atajar nuestro tiempo, sin darle importancia a nuestras edades y diferencias, quise hacer un imposible de la única manera que sé hacerlo… dibujando para ti. Guardé flores que nadie plantó, que nadie pensó, que libres, salieron donde quisieron… por cualquier parte. Indómitas, diferentes, bellas y sin dueño.

Un poco cómo somos tú y yo..."